lunes, 2 de noviembre de 2009

Nota Literaria Nº 1: "Sentidos"


 
Sé que tengo que descansar, mi mente y mi alma como el cerebro y el corazón están agotados. Me acuesto, es la única manera que se me ocurre de lograr ese merecido descanso. Me siento intranquilo, nervioso. Entiendo que la única manera es concentrarme y aislarme del mundo exterior para centrarme en mi interior y encontrar la paz que tanto deseo.

Mis ojos, el espejo del alma, y puerta de entrada de muchos recuerdos almacenados en mi memoria, muchos de ellos ya olvidados, otros por desgracia, persisten y me perturban de vez en cuando. Respiro profundamente y observo primero mis manos, mi cuerpo, mi casa, los árboles, el movimiento rítmico de las hojas, un pájaro, el cielo, las nubes. Cierro los ojos, oscuridad.

Un sonido, la música de mi vida, las voces de mis seres queridos, recuerdos de risas y canciones, el tráfico de las mañanas, el ruido de la ciudad. Presto atención, oigo el sonido del pastel que se esta preparando en la cocina, la hierba que se mueve suave con el viento, el cantar de los árboles y el trinar de los pájaros, la naturaleza, los latidos de mi corazón.

Cierro mi boca, y pienso en los sabores de siempre, el dulce de la miel, de un pastel, el ácido limón, el fantástico amargor del negro chocolate o la sal del mar, lo neutro del agua, refrescante agua.

Un escalofrío, estamos en otoño y el tiempo cambia, el tacto, una caricia, un abrazo, la sensación que se siente es indescriptible, calor, amor. Bajo mi brazo y llego a tocar el suelo, la hierba húmeda y suave, a mi lado mi perro, me lame, humedad, cariño fidelidad.

Huelo la frescura del ambiente, evocándome mejores tiempos, la niñez, la ropa limpia o la comida recién hecha. Respiro profundamente y aíslo los olores de mi alrededor. Huele a hierba recién cortada, a tierra, a flores. El pastel está en el horno, es de manzana me parece, disfruto de la sensación, una sonrisa.

¿Duermo?, me siento flotar, no quiero abrir los ojos y perder esta sensación de tranquilidad.
Me decido y los abro, todo parece igual, pero se percibe un resplandor en todo, pero, me siento todavía flotando, trato de levantarme y no puedo, respiro profundamente y me elevo inesperadamente, no me asusto, la sensación es agradable, lentamente me giro y me veo a mi mismo abajo unido a mi con un hilo de plata, frágil, como hecho de luz. He muerto físicamente, soy energía que se quiere liberar, está en mi el romper el hilo. Pienso, estoy cansado, lo he hecho casi todo, en la vida nunca se llega a vivir suficiente, siempre hay cosas que hacer, pero mi camino ha llegado al fin. Con un suave gesto de la mano y casi sin tocar el hilo, este se disuelve en pequeños destellos de luz. Miro fijamente mi cuerpo, el ultimo suspiro, mi fiel perro se da cuenta, levanta la cabeza y se lamenta, levanta la cabeza y me ve, mueve la cola, un ladrido, el adiós.

Soy energía, soy vida, soy parte de la naturaleza, me disuelvo en ella, quiero formar parte de ella, nuestra madre, nuestra creadora.

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